
El amor propio: un puente hacia nuestro ser
febrero 3, 2025
¿Cómo terminé en una relación donde no me aman?
febrero 17, 2025Cuando realmente amamos a alguien, no deseamos cambiarlo. Si sentimos la necesidad de transformar a la otra persona, nos estamos alejando de lo que nos atrajo de ella en primer lugar.
El amor genuino nace de la aceptación, del reconocimiento de la individualidad y de la riqueza que cada persona aporta con sus virtudes, defectos, sueños y experiencias. Si estamos constantemente tratando de moldear a alguien para que se ajuste a nuestros ideales, es posible que, en realidad, no estemos amando a esa persona por quien es, sino por lo que esperamos que sea.
Amar sin intentar cambiar implica un profundo respeto por la autenticidad del otro.
Es entender que cada ser humano tiene un camino propio, y que parte de la magia del amor reside en permitir que ambos crezcan de forma independiente, sin imponer expectativas que puedan sofocar la esencia de lo que realmente somos.
Al aceptar a la otra persona tal y como es, le damos la libertad de ser auténtica y, a su vez, construimos una relación en la que el amor no se basa en condiciones, sino en la reciprocidad y en el respeto mutuo.
«Cuando te encuentras en una relación, es común proyectar tus propias ideas, miedos o deseos sobre el otro, intentando convertirlo en un reflejo de lo que consideras ideal».
Pero esa proyección a menudo distorsiona la realidad y crea tensiones innecesarias. Si lo que amas de esa persona es su forma de ser, su manera de reír, su visión única del mundo o su capacidad para ser vulnerable, entonces intentar cambiar esos rasgos es, en esencia, negar lo que te atrajo en primer lugar. El amor verdadero se nutre de la diversidad y de la capacidad de cada individuo para aportar algo distinto a la relación.
El respeto en el amor significa, además, reconocer que el otro tiene derecho a sus propios errores, a sus propios procesos de aprendizaje y a evolucionar a su manera. Nadie es perfecto, y las imperfecciones son las que a menudo nos enseñan las lecciones más valiosas sobre la vida y la relación. Aceptar esto te permite construir vínculos más sólidos y duraderos, en los que ambos se sienten libres de ser auténticos sin temor a ser juzgados o rechazados.
Si te descubres deseando cambiar a tu pareja, tal vez sea momento de reflexionar: ¿Qué es lo que realmente amas de esa persona? ¿Acaso es su autenticidad, sus rarezas, esa chispa única que solo ella posee?
«El amor y el respeto van de la mano, y cuando ambos se mantienen en equilibrio, crean un espacio seguro para el crecimiento personal y compartido».
Cultivar este tipo de amor requiere de trabajo interno, autoconocimiento y, sobre todo, el coraje de dejar de lado las expectativas irreales que hemos heredado o construido a lo largo del tiempo. Al hacerlo, te das la oportunidad de experimentar una intimidad plena, donde no se trata de conformarse o de llenar vacíos, sino de compartir y crecer juntos.
Amar sin intentar cambiar al otro es un acto de liberación para ambos. Es aceptar que cada uno tiene su propio proceso y que, al permitir que la otra persona sea tal como es, se fortalece el vínculo y se crea un espacio de amor incondicional.
Porque al final, el verdadero amor se basa en la libertad y en la aceptación, no en la transformación forzada.
Con amor,
Claudia Girón
@psclaugiron